Casco antiguo, castillo medieval, molino de papel rehabilitado en la Biblioteca… Con apenas 10.000 habitantes, es un lugar único ya que aúna cultura y naturaleza.
El más destacado es el Molino de Galán, un ejemplo de patrimonio preindustrial y símbolo de la importancia que tuvo la industria papelera en el municipio. Aunque la fábrica comenzó su actividad mucho antes, el edificio está datado en la primera mitad del siglo XIX y tiene una morfología que pretende emular las construcciones domésticas y urbanas. Justo al lado del Molino de Galán pasa el río Buñol, un aspecto que influyó de forma determinante en la aparición y desarrollo de la actividad del papel y que hoy en día conecta con El Parque Fluvial y sirve como zona de recreo y conexión de entornos naturales con zonas culturales. En la actualidad el edificio ha sido rehabilitado, destinando sus plantas para diferentes usos: biblioteca, sala de conferencias, salas de exposiciones, instalaciones deportivas, y el Museo de La Tomatina donde se puede ver una muestra fotográfica de la historia de la misma.