Casco antiguo, castillo medieval, molino de papel rehabilitado en la Biblioteca… Con apenas 10.000 habitantes, es un lugar único ya que aúna cultura y naturaleza.
La torre del telégrafo óptico de Buñol, es una de las torres de la línea Madrid-Valencia, lo que le confiere una importancia histórico-artística dentro de las construcciones telegráficas de mediados del siglo XIX que revolucionaron la mensajería. El telégrafo óptico fue diseñado para ser visto a gran distancia, configurando diversas señales por medio de un mecanismo operado por una o varias personas. Colocando varias torres en cadena se podía hacer que cada una repitiese el mensaje de la anterior, transmitiéndolo así a grandes distancias en un tiempo muy inferior al que requería un mensajero a caballo. No obstante, si bien todas las torres son prácticamente idénticas, se aprecian diferencias en las técnicas de construcción, seguramente sujetas a la disponibilidad de los distintos materiales de construcción de cada zona.