Es una antigua posada de caballos del siglo XVII que ha conservado su estilo rústico, adaptándose a las necesidades del siglo XXI. Ofrece menus diarios, platos a la carta y es típica, sobre todo, por sus paellas a la leña, sus diversos arroces, las papeletas, los emparedados de jamón y pechuga, el ajoarriero y la fruta en sartén.